Una nación preserva su historia a través de sus raíces.

Comienzo este ensayo con una anécdota: Mi amiga María, quien, es egresada de una prepa de monjas y actualmente estudia en la UNAM amén que desde siempre ha simpatizado con Marcos, pero, esa es otra historia… Como dijera aquel famoso comercial.
Ella va muy seguido de misión a Chiapas y me comentó alguna vez de algún aspecto de arte indígena al que la gente en su conjunto reaccionó con indiferencia.
El defender esta causa se ha convertido en algo chic aunque quizás actualmente para la gente que lo hace por status ya esté de modé. El gobierno ha incorporado gente para encargarse de este rubro y posiblemente hasta inventado comisiones. Tenemos desde la excéntrica Xochitl Gálvez hasta el honorable Don Luis H.Álvarez y también actrices comprometidas como Ofelia Medina y habrá quien de este modo recuerde a la olvidada Ana Colchero.
Esta preocupación social en los tiempos que cobra auge es porque despierta el interés de la prensa extranjera y de los europeos hablando más específicamente. Muchos han criticado a Marcos por no ser indígena, por aprovecharse de esta situación pero es un hombre que polariza y muchos otros lo aman como los estudiantes de la UAM Xochimilco, en general los de universidades públicas aunque también personas como mi prima Andrea, quien vive y estudia en Canadá.
Los levantamientos del EZLN en 1994, el respeto a los acuerdos de San Andrés Larraínzar, las matanzas de Acteal y Aguas Blancas reaparecieron este tema en el mapa. Pero la falta de compromiso real del gobierno foxista y la ausencia de propuestas tangibles de los cinco candidatos en este tópico, lo hacen continuar en el candelero y exigirle a la sociedad civil su reflexión, apoyo y el no dejar de lado este tema. Haciéndole lo que no merecen nuestros pueblos representados por los indígenas. LA INDIFERENCIA.